Cuento
Los tres cerditos
Había una vez tres cerditos muy contentos que decidieron construir sus propias casitas, porque ya eran grandes y querían tener su propio hogar.
El primer cerdito era alegre y un poquito impaciente. Quería jugar todo el día, así que hizo su casa de paja porque era rápida y fácil. En un abrir y cerrar de ojos, la casa estaba lista, y el cerdito se fue a cantar y a brincar bajo el sol.
El segundo cerdito pensó que la paja no era suficiente, pero tampoco quería tardar mucho. Así que construyó su casa de madera. Trabajó un poquito más que su hermano, pero también terminó rápido y salió a pasear feliz.
Entonces el lobo sopló y sopló… y la casita de paja voló por los aires. El cerdito corrió tan rápido como pudo hasta la casa de madera de su hermano.
El lobo infló sus mejillas, sopló y sopló… ¡y la casa de madera también se cayó! Los cerditos corrieron asustados hasta la casa de su hermano mayor, la de ladrillos.
El lobo sopló con todas sus fuerzas… pero la casa no se movió. Sopló otra vez, y nada. Entonces decidió trepar al techo para entrar por la chimenea, pero el cerdito mayor, que era muy listo, puso una olla grande de agua caliente en el fuego.
Cuando el lobo bajó… ¡ay! Cayó directo en el agua y salió corriendo sin mirar atrás.
Los tres cerditos celebraron. Aprendieron que vale la pena esforzarse, que las cosas bien hechas protegen, y que, cuando se cuidan unos a otros, todo es más bonito.
Y desde ese día vivieron felices en la casita de ladrillos, sin miedo al lobo y con el corazón lleno de alegría.
Cuento anónimo, relatado en forma original
Análisis de los tres cerditos
Este cuento nos muestra que en la vida hay cosas que debemos hacer con calma, paciencia y mucho esfuerzo. Los dos primeros cerditos tenían muchas ganas de terminar rápido sus casas para poder ir a jugar, pero no pensaron en que las casas podrían no ser lo suficientemente fuertes para protegerlos de los peligros.
El tercer cerdito, en cambio, fue paciente y dedicado. Construyó su casa con ladrillos, que aunque le tomó más tiempo y trabajo, fue mucho más fuerte y segura. Gracias a eso, cuando llegó el lobo, la casa resistió y los protegió a todos.
Esto nos enseña que las cosas que hacemos rápido y sin mucho cuidado no siempre son las mejores. A veces, lo que parece más fácil y rápido puede traer problemas después. Pero cuando trabajamos con amor, dedicación y paciencia, aunque nos cueste más tiempo, podemos estar orgullosos de lo que logramos y estar seguros de que es bueno y duradero.
El lobo en la historia representa los problemas o dificultades que pueden aparecer en nuestra vida, a veces sin que lo esperemos. Puede ser cualquier cosa que nos cause miedo o nos haga sentir inseguros. Pero si hemos trabajado bien, si hemos sido responsables y constantes, tendremos la fuerza para enfrentar esos problemas sin que nos dañen.
La ved=1t:260882&q=casa+de+ladrillos+images&bbid=547298168950880036&bpid=2296601988388391919" target="_blank">casa de ladrillos es como el esfuerzo, el trabajo bien hecho y la inteligencia. Son las herramientas que nos ayudan a estar preparados para lo que venga, para protegernos y para avanzar con confianza.
Además, este cuento nos recuerda que el esfuerzo y la paciencia no solo nos protegen, sino que también nos ayudan a crecer como personas responsables y valientes. No debemos tener miedo a esforzarnos ni a dedicar tiempo a hacer las cosas bien, porque eso siempre trae buenos frutos.
Por eso, la historia de los tres cerditos es más que una aventura divertida: es una lección para aprender a trabajar con amor, a ser pacientes y a no rendirnos frente a las dificultades.

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